❦ Aunque el libro digital no ocupa un espacio físico en los libreros, su función sigue siendo la de encauzar nuestro interior. Con la lectura tenemos la posibilidad de extendernos hacia las zonas más íntimas del mundo, uno al que aspiramos habitar y compartir; el libro trasciende cualquier formato porque las voces y sensaciones que lo conforman también han sido las nuestras. Si revisamos nuestro librero y volteamos hacia los manuscritos, incunables, papiros y toda clase de textos; encontraremos una figura constante: el universo adopta la forma de esos libros. Allí es donde hemos confiado nuestra memoria humana, entre esas líneas que el tiempo ha tejido a través de un espléndido asterismo que une sueños, tratados, versos, filosofía, diarios, poesía, dramaturgia, cartas, enciclopedias y literatura. No de otra forma he seguido esa intuición al formar los siguientes libros digitales, labrar nuestros libros es dejarnos iluminar por el destellante universo.
En esta época de crisis de los puntos de referencia, lo esencial sería más bien elaborar sentido, construir otro espacio, otro tiempo, otra lengua y, por esa vía, abrir un margen de maniobra; simbolizar el mundo interior.
—Michèle Petit.